Infraestructura: jugador esencial en la reducción de emisiones de CO2
Por: Valentina Álvarez Botero, jefe de Comunicaciones y Entorno.
Los desafíos que enfrentamos en nuestro día a día como consecuencia de la aceleración del cambio climático demandan respuestas decisivas para contar con infraestructuras viales sostenibles y de cero emisiones netas.
La infraestructura es un sector de gran impacto en la economía mundial y fuente importante de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) en todo el ciclo de vida de los proyectos a través de la construcción, operación y mantenimiento, así como el uso de estos. Se estima a nivel mundial que las emisiones de GEI asociadas al transporte representan alrededor de 16% del total (Roa, 2022).
Para el caso de América Latina y el Caribe, los sistemas masivos de transporte público incrementan el acceso a empleo y educación. Además, la inversión en infraestructura vial no solo reduce tiempos de viaje y costos en el transporte de bienes e insumos, sino que evidencian un impacto significativo en el crecimiento en la productividad, mejoramiento al acceso a mercados, generación de empleo e incremento en los ingresos de la población beneficiada por las inversiones, lo que contribuye a reducir la pobreza (Roa, 2022).
En la región, la contribución de este sector asciende al 40% de emisiones totales de CO2, seguido por los sectores de electricidad (22%), industria (15%) y residencial (5%) (Roa, 2022).
No obstante, es de suma relevancia resaltar cómo en gran medida las emisiones de GEI del ciclo de vida de los proyectos de infraestructura se encuentran determinadas en parte por las decisiones tomadas por gerentes, diseñadores, constructores y proveedores de productos o materiales (Fidic, 2023).
Por consiguiente, resulta crucial adquirir prácticas y soluciones encaminadas a descarbonizar este tipo de proyectos. El primer paso para caminar en esta dirección es reconocer que, ante la mayor brevedad para abordar el tema, más son las oportunidades de reducir las emisiones potenciales y generar un impacto positivo (Fidic, 2023).
Una vez el sentido de urgencia y convicción por el cambio sea coherente entre los implicados en el proyecto, incluidos los formuladores de políticas públicas, es posible adentrarse a considerar la huella que generan las emisiones de carbono en cada una de las fases del ciclo de vida de los proyectos de infraestructura: planeación, factibilidad técnica y financiera, diseño, construcción, operación y mantenimiento y cierre de proyecto.
La formulación exitosa de una estrategia de descarbonización depende de la comprensión sobre las principales fuentes de emisiones, ya sean que provengan de manera directa de instalaciones o vehículos de propiedad y operación de la empresa; o procedentes de instalaciones de terceros que suministran energía a instalaciones de propiedad y explotación de la empresa. Por su parte, las emisiones indirectas se derivan de fuentes que no son propiedad de la empresa ni están controladas por ella, como la fabricación de materiales comprados o el uso de productos vendidos (McKinsey & Company, 2022).
Respecto al ciclo de vida de los proyectos de infraestructura de transporte, la evidencia científica indica que la mayor parte de las emisiones se concentran en la producción de materiales durante la fase de construcción (70%) y en el empleo de luminarias durante su operación (13%) (Roa, 2022).
Por lo tanto, con el fin de transitar hacia una infraestructura vial resiliente y cero emisiones netas, es de vital importancia incluir a lo largo del ciclo de vida de los proyectos de infraestructura los siguientes aspectos o puntos (Roa, 2022):
- Nuevas metodologías al incorporar el concepto de sostenibilidad en todo el ciclo de vida de la infraestructura vial. Lo que implica mapear procesos, establecer métricas y calcular mecanismos para medir y determinar metas de emisiones, implementar un plan de mitigación para cumplir dichas metas, así como, establecer un mecanismo de monitoreo y evaluación de observancia del plan.
- Nuevos materiales y tecnologías con un menor nivel de emisiones en las fases de construcción y operación de una vía.
- Nuevas políticas enfocadas en desarrollar estrategias de descarbonización para inversiones en infraestructura de transporte, asegurar la inclusión de criterios de sostenibilidad en los planes de desarrollo sectoriales, en la evaluación y adjudicación de proyectos, y en la gestión de activos por parte de los sectores público y privado.
Aunque parezca un reto alto para transitar en esta dirección y evitar morir en el intento, de acuerdo con la consultora estadounidense McKinsey and Company, es necesario que los inversionistas de este sector se empoderen del tema, desarrollen medidas decididas y meditadas en sus ambiciones de descarbonización de manera rentable y financieramente sostenible y comprendan las implicaciones de las emisiones en sus bolsillos.
En definitiva, los desafíos planteados en nuestros días y para las generaciones futuras por la aceleración del cambio climático demandan de respuestas decisivas que permitan contar con infraestructuras resilientes y de cero emisiones netas, las cuales deben ser orquestadas y alcanzadas a través del trabajo mancomunado entre tomadores de decisiones, consultores, constructores, proveedores y usuarios.
Bibliografía
Fidic. (2023). Decarbonisation of the infrastructure sector. Disponible en: https://assets.swoogo.com/uploads/2530703-643d177a304ae.pdf
McKinsey & Company. (2022). Investing in pathways to decarbonize infrastructure. Disponible en: https://www.mckinsey.com/capabilities/operations/our-insights/global-infrastructure-initiative/voices/investing-in-pathways-to-decarbonize-infrastructure
Roa, N. (2022). Hacia una infraestructura vial con cero emisiones netas en América Latina y el Caribe. Disponible en: https://blogs.iadb.org/transporte/es/hacia-una-infraestructura-vial-con-cero-emisiones-netas-en-america-latina-y-el-caribe/